Entrevista en Leedor


A continuación, la entrevista de Adriana Santa Cruz para Leedor

Mariela Ghenadenik nació en Buenos Aires, es licenciada en Ciencias de la Comunicación y ya recibió varios premios por sus cuentos, publicados en antologías, suplementos culturales y revistas digitales desde 2007.Desde el aire −su primera novela, finalista del Concurso Internacional de Novela Letra Sur− trata la historia de Malena y Laura, dos chicas de 25 años que trabajan como jefa y asistente; ambas mantienen una relación donde de juega lo laboral y lo personal, y donde el agobio y el atropello conviven con el absurdo.
Mariela define su propia escritura de una manera muy particular: “bastante táctil. Me gusta la escritura que se impregna al leerla”; esta característica, sin dudas, colabora para que se la considere una exponente significativa de la nueva narrativa argentina.
¿Cuáles son los cambios que fuiste experimentando en tu escritura?
Con el tiempo fui soltando el vicio inicial de querer controlar las historias y los personajes.
¿Qué tu primera novela tenga algo de humor fue algo premeditado, fue algo que te pidió la historia o es parte de tu estilo?
El humor forma parte de mi estilo, pero a la vez la historia lo pedía ya que tiene bastante de absurdo, y el absurdo siempre me causa gracia. Por otra parte, como la novela también tiene un trasfondo un poco denso, el humor me pareció una manera de traer cierto alivio.
En este sentido, Félix Bruzzone define a Desde el aire como “una comedia triste y sorpresiva, por momentos sórdida, ligeramente introspectiva, ensamblada a través de las pequeñas tragedias de personajes que bien podrían ser como nosotros”.
Recibiste varios premios por tus cuentos, ¿qué significan los premios para una escritora joven como vos?
Cuando aún no había publicado nada, los premios fueron una manera de comprobar que había un lector del otro lado.
El título Desde el aire sugiere esto de la mirada de afuera, ¿qué lugar cumple la mirada en tu narrativa?
Creo que la mirada propia y la que suponemos ajena es la manera en que nos convertimos un poco en ficción. Mis personajes, como las personas, se sitúan dentro de sus mundos a partir de cómo miran y cómo creen ser mirados.
¿Qué implicó para vos pasar de escribir cuentos a escribir una novela?
Fue un desafío enorme y después un gran alivio. Salir del cuento me desorientó bastante, pero ese mismo estado me llevó a desarrollar un método de escritura que antes no tenía.
Acá las protagonistas son dos mujeres, ¿es lo femenino uno de los temas que recorre tu narrativa?
En el caso de Desde el aire, las protagonistas mantienen un vínculo de violencia callada y hacerlo entre dos mujeres me parecía que permitía explorar lo simbólico de este tipo de relaciones de desamor en estado más genuino y sin otras lecturas. Y aunque me resulta más fácil crear personajes femeninos, no tengo una inquietud por lo femenino como un tema en sí mismo. De hecho, mi última novela tiene por protagonista a un hombre y toca aspectos que trascienden a cualquier género.
Desde el aire fue publicada por Díaz Grey Editores (NY) para los Estados Unidos y Canadá  en su idioma original y reeditada 2014.