Antologías de cuentos



De Puntín - Random House Mondadori (2008)



Un gol para Elsita - extracto:

Parecía que la cosa iba a quedar cero a cero, hasta que de una pelota detenida en mitad de campo empezó una de esas jugadas en las que desde el primer pase te das cuenta de que va a ser un gol histórico, lindo, por abajo, con mucho toque y gambeta y aunque todo pasa muy rápido y el tiempo va para adelante y para atrás en un mismo momento, vos querés que llegue el gol, pero también querés que no termine esa sensación en la panza que empieza como un susto, como algo inevitable. Con el primer pique, toda la bombonera se puso de pie y también Elsita, que me agarró fuerte de la mano. Tenía la cara como si un reflector la iluminara sólo a ella, la boca entreabierta, en suspenso. Yo agitaba el banderín con una mano y con la otra sostenía a Elsita que casi saltaba. La pelota iba por el aire, cabezazo del lateral, lista para el remate de zurda.





En Celo - Random House Mondadori (2007)



Peis - extracto:

Peis tiene el lomo negro, algunas manchas marrones en las patas y en la cola, los ojos atentos, redondos y brillantes. Su mirada a veces se pierde en alguna pregunta, si es que los perros se preguntan cosas. Llegó a casa recién nacida porque su mamá murió tras parirla a ella y a sus hermanitos. Parecía un hámster: los ojos apretados y rosado el hocico. Era triste pensar que iban a encerrarla en una jaula de vidrio con esa rueda inútil sobre la que los hámsters hacen ejercicio. Pero papá me dijo que no era más que un cachorro y que jugaría conmigo cuando dejara de ser un hámster. Pensé en uno de esos juguetes que al sumergirlos se convierten en otra cosa y pensé que al fin tendría con quien jugar. 




El puente secreto - Universidad de Lanús (2011)





Gatos de hospital - extracto:


Los gatos son ocho o diez. Cualquier grupo de gatos siempre son ocho o diez. Cristina a veces los cuenta -uno gris panzón atrigrado, el escuálido de color beige, uno despeinado también gris, la gatita blanca con manchas negras, otros de tonalidades mezcladas- pero se desconcierta: de ser ocho o diez, algunas mañanas sólo quedan cinco, o menos. Se olvida de las cosas -también a veces repite muchas veces lo mismo para no olvidarse de algo que tiene que recordar- o algo extraño sucede con los gatos durante la noche.


Ante el fin del mundo - Universidad de Lanús (2012)




Delfín del mundo - extracto:

Si se terminara el mundo, la única catástrofe sería morirme virgen.
Mis amigos me apuran bastante, me dicen: Delfín, si no te gustan las minas al menos probá con un tipo. El apodo es porque una vez les conté que los cuidadores de Universo Oceánico tienen que andar tapados porque los delfines exploran todo con sus genitales. Desde entonces están obsesionados con mi vida sexual, con que la biología marina es de maricones afrancesados como “Yak Crustó” y si se puede o no coger abajo del agua. Como la mayoría cree que el fin del mundo en Buenos Aires va a ser con un tsunami del Río de la Plata, lo que se puede hacer o no debajo del agua es un tema recurrente en el vestuario antes de cada partido de fútbol.  



"Antología de Cuento Digital"-  Fundación Itaú (2016)













Los autos no flotan - extracto:


1. Ayer  sentí  que  la  casa  se  movía  otra  vez. Encendí  el  noticiero,  tal  vez  hubo  un terremoto del otro lado de la Cordillera.  Ya  pasó  una  vez  y,  aunque  Julia  diga  que  no,  las  paredes,  el  piso  y  el cielorraso se quedaron impregnados con las ondas electromagnéticas que interfieren con la sinapsis de mi cerebro y por eso no puedo dormir de noche.