Yo, mí, me, conmigo: ¿Se nos fue de las manos la literatura del yo?

 


Muchos escritores empezamos a despuntar el vicio con algún diario íntimo o con poesía dudosa en un cuaderno medio deshojado. Ahí volcábamos dramas adolescentes que – al menos yo- destruimos sin dejar rastros en un arranque de vergüenza. Si bien este gesto expresivo es muchas veces la puerta de entrada a la producción literaria, una de las primeras reglas que te enseñan en el taller literario es que el diario íntimo no es literatura. 


Seguir leyendo>>